viernes, 22 de febrero de 2008

Huevo.



Octava XXXIV
Coral, canta una noche por un filo
y por otro su luna siembra para
otra redonda noche: luna clara,
¡la más clara!, con un sol en sigilo.
Dirigible al partir llevado en vilo,
si a las hirvientes sombras no rodara,
pronto un rejoneador galán de pico
iría sobre el potro en abanico.

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